Padoformo

Un ángel de saliva resbala por mi frente,
la tormenta es un cubo con patas de cigüeña
y un cura de papel me pregunta
si el cielo me duele en las orejas.

El azul de la nada enturbia mis pupilas,
miro una hoja de sol en forma de muchacha,
una muchacha en forma de pupila,
una pupila en forma de reloj,
un reloj en forma de muñeca,
una muñeca en forma de vientre parido,
un vientre parido en forma de tahona,
una tahona en forma de violín,
un violín en forma de paje de azafrán
y un paje de azafrán en forma de dalia mojada.

Los arcángeles negros juegan a la ruleta
en los jardines del invierno.
Llega Padoformo con sus manos de tiza
a pintarme en la frente el espejo del sueño.

[I, 194]