I
El remanso no se atreve
a recoger tu caída.
Alma de nardo vencida
por situaciones de nieve.
Cristal de la fuente leve
para tu cuerpo dormido
perforaron tu latido
con amapolas de acero
y en una cama de enero
te quedaste amortecido.
II
Te quedaste amortecido
sin gitanos ni panderos,
un llanto de limoneros
preguntó por tu sonido.
Fuiste un ángel perseguido
por charoles y guadañas
y en la luz de tus pestañas
los yunques gritaron lumbres.
Nubes heridas de cumbres
derramaron sus entrañas.
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