El insoneto de mi poesía

Dicen, no sé por qué, mi poesía
detecta las ranuras y el gargajo,
y que en forma de sucio escarabajo
amasa bola de melancolía.

Dicen, no sé, que tiene valentía
y de turbio esqueleto para abajo
no se pone la pana de un refajo
para tapar la pústula del día.

Y yo, Pacheco, así, nunca le miento
ni le escribo la luz de un bello cuento
para facilitar las digestiones.

En este sucio mundo envenenado
no dejo la pelota en el tejado
para bailar al son de los sermones.

[II,95]