Insoneto en forma de tetitas

Tetitamente tetas en el día.
Minifalda en la luz de la cadera.
Tetas tetitas en la primavera
que en el temblor la música encendía.

No sé si era violín quien ascendía
la dulcedumbre ardiente de la esfera
o levitando en niebla volandera
la geometría erógena movía.

Solo sé de muchachas palpitando
en pétalos de luna, iluminando
la mirada del hombre y de la mano.

Solo sé de los pechos surtidores
volando como dulces ruiseñores
hacia el aire caliente del verano.

[II,121]