La mujer es un ala de río
y se mueve lo mismo que el agua.
Vertical es un lirio de fuego
y parece un jardín cuando marcha.
Para hacer su misterio perfume
canta un libro de sangre en su enagua
y dos olas de espumas dormidas
como un nido de alondras le cantan.
El secreto del labio lo dice,
un suspiro de pluma incendiada
que deshoja en el arco del vuelo
un herido vibrar de pestañas.
¿La mujer? Yo no sé qué deciros.
Tiene en la manos el arpa
de ese bosque oloroso a magnolia
donde el beso inventó la manzana.
Luego viene el jazmín deshojado,
la fiebre desnuda su estatua,
su cuerpo de hierba tendido
como un musgo de fuego se abrasa.
¿La mujer? Yo no sé qué deciros.
Es de tierra muy frágil y blanca,
se tiende esperando la mano
que le llene de vuelos la entraña.
[II,356]