No solo de pan muere el hombre

El hombre muere de saberse animal como los perros,
de ser racional y sentirse vivir en su razón
y saberse condenado a muerte;
de tropezar siempre con la misma piedra
y al final del camino encontrarse un hoyo
para dormir su estiércol.

El hombre muere de querer alcanzar
un cielo de color de aire,
de mirar que al espejo de sus días se le quita la piel
y no encontrar su imagen detrás de los cristales,
de ser un animal racional y vivir de raciones
de amor,
de libertad,
de paz y de belleza.

No sólo de pan muere el hombre.
El hombre muere de no sentirse vivo.

[III,182]