Poema para mirar al hombre de oficina

Nicho de fría fábula recoge
la cansada atención de tu mirada,
máquinas de escribir, calculadoras,
escupen sus metales en tu entraña.

Cristales que te cubren como a un pez
sin la azul evasión que deja el agua,
órdenes que carcomen tu cerebro
y te hacen caracol de la palabra.

El día toca su campana gris
y te encierra en la cárcel de tus gafas.
Monótonos ratones de papel
te van royendo el alma.

[II,471]