Las mariposas violadas como vagos nenúfares en tus lagos azules, las alas de cisne que cubren en su vuelo tu flotante nocturno como ala de cuervo, el latido primero del amor con blanco de plegaria, tus manos marmóreas que bordan un hilo azul donde camina un rojo sin ardor, nevada vegetal que plomiza eclipsando la...
Author: admin
Canto a mi madre
Yedras de hierro se enredan a tu rostro con mi surco de besos, con el barro deshecho que me dio tu cintura, con la lira de sangre que deshojó tu vida y tu sombra de azucena de la que soy creyente: Madre. Cuando el dolor asesina tus espejos con un grito de estaño en tus...
Glosas a Jesús crucificado
I Tu paso azul deshojado sobre la tarde que muere; Ese soldado que hiere el jazmín de tu costado. El crepúsculo llorado sobre tu cuerpo caído y ese madero encendido por un arcángel de nieve. Tu cuerpo su sangre llueve sobre un mundo corrompido. II Sobre un mundo corrompido vas sembrando tu semilla, y está...
La paloma
Un surtidor de nardo levantado, un jazmín de alto vuelo desprendido del corazón violeta de algún nido que la boca de un ángel ha soplado. Eres copo de nieve alucinado en un beso de espuma convertido, suspiro azul en aire diluido, clavicordio de luna deshojado. Eres monja del aire que se asoma a los balcones...
Pubertad
De aluminio tu voz, clavel logrado. Trece lunas dormidas en tu frente y una brisa de trópico silente por tu cuerpo de lirio inestrenado. Vibra tu cisne de plumaje helado las virtudes de un arpa incandescente, y tu carne vestida de relente se mancha de un crepúsculo ignorado. Y se llenan tus ojos de violetas,...
La hora esmeralda
Las mariposas violadas como vagos nenúfares en tus lagos azules, las alas de cisne que cubren en su vuelo tu flotante nocturno como ala de cuervo, el latido primero del amor con blanco de plegaria, tus manos marmóreas que bordan un hilo azul donde camina un rojo sin ardor, nevada vegetal que plomiza eclipsando la...
Canto a mi madre
Yedras de hierro se enredan a tu rostro con mi surco de besos, con el barro deshecho que me dio tu cintura, con la lira de sangre que deshojó tu vida y tu sombra de azucena de la que soy creyente: Madre. Cuando el dolor asesina tus espejos con un grito de estaño en tus...