Como una espiga de luz de la tierra te levantas, incendiando con tu cuerpo el bosque de las miradas. Muchacha...
La fuente principal de esta recopilación es la Poesía Completa, reunida y anotada por Antonio Viudas Camarasa, «albacea del espíritu literario de Manuel Pacheco», en tres volúmenes (Mérida: Editora Regional de Extremadura, 1999). El propio autor revisó la edición, poco antes de morir. Al final de cada uno de los poemas de esta antología indicamos su procedencia, remitiendo al volumen y página donde figura.
La luz que va creciendo
Toco la luz que va creciendo, que fue en el mar de nuestro amor una gota de espuma silenciosa. Su...
Poema para el dolor del hijo
Aquí estás, en la tierra, creciendo para el polvo, poniendo en el andamio de mi vida los cálidos ladrillos de...
Tu mano
Tu mano pequeña aprieta mi mano, como un pájaro de colores, como el rocío cuando la vara de la luna...
Poema para hablar con el hijo
Te toco y sufro. Siento y apedreo el muro de cristal que nos separa. Hay una orilla de agua de...
Yo me dirijo al hombre
Yo me dirijo al hombre que se dobla y lleva una herramienta entre las manos. Al hombre que ha quemado...
El estropajo
No limitemos, señores: el estropajo suena mal, pero sirve para limpiar la mugre. Todo tiene el sonido preocupado que la...
Insoneto de las flores
Si habla el hambre no existe primavera, los suburbios te dan otros olores. Nos ha jodido mayo con las flores....
El insoneto de mi poesía
Dicen, no sé por qué, mi poesía detecta las ranuras y el gargajo, y que en forma de sucio escarabajo...